INVICTUS
Fuera de la noche que me cubre,
Negra como el abismo de polo a polo,
Agradezco a cualquier dios que pudiera existir
Por mi alma inconquistable.
En las feroces garras de la circunstancia
Ni he gemido ni he gritado.
Bajo los golpes del azar
Mi cabeza sangra, pero no se inclina.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas
Es inminente el Horror de la sombra,
Y sin embargo la amenaza de los años
Me encuentra y me encontrará sin miedo.
No importa cuán estrecha sea la puerta,
Cuán cargada de castigos la sentencia.
Soy el amo de mi destino:
Soy el capitán de mi alma.
En torno a este gran poema, aparecen historias sobre historias, primero nos centramos en su autor el poeta inglés William Ernest Henley (1849–1903); todo un protagonista de la vida para tener en cuenta, y este poema es traducción de su actitud ante las dificultades de la vida. Henley sufrió tuberculosis de niño, tuvo que pasar un año postrado y tuvieron que amputarle una pierna a raíz de la enfermedad. No se hundió, no dejó de hacer cosas; llegó a entrar en la Universidd de Oxford en 1867.
En 1875 escribe este poema desde una Cama de hospital y su vida activa inspiro su amigo Robert Louis Stevenson el inolvidable personaje de Long John Silver en “La Isla del Tesoro”.
En esta historia de grandes personajes nos encontramos ante el grandísimo Nelson Mandela, que lo tuvo muy presente durante los 27 años que duró su cautiverio y que se ha popularizado con la película de otro gran personaje que pasará a la historia en este caso por Clint Eastwood.
Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma.