NUESTROS REPRESENTANTES, NUESTROS LÍDERES. ESENCIA DEL SINDICALISTA
Hoy, creo imprescindible traer una definición de sindicalista de Pablo Iglesias que hace más de cien años dijo: "Los representantes de la clase obrera son los que tienen que dar la cara con más frecuencia. los que tienen que alentar a lo trabajadores en los momentos de desaliento, los que tienen que darles ejemplo arrostrando las arbitrariedades de lo patronos, de las autoridades y de todo el mundo... De modo que no pueden ser de madera de vividores que engañan a los suyos; por el contrario han de ser hombres incorruptibles que dan ejemplo a los suyos de como han de cumplir la lucha".
Espero y confío, que en mi labor sindical a pie de centro de trabajo, no haber estado demasiado lejos, y haber cumplido con mi oficio de sindicalista, con las características que predicaba Pablo iglesias hace más de cien años.
En nuestro complejo oficio vivimos con frecuencia el desquicio de distinguir correctamente en cada situación entre aquello en lo que debemos ponernos de acuerdo y aquello en lo que podemos o incluso debemos mantener el desacuerdo; y que bajo el prisma de la justicia social consigamos conjugar y aunar los intereses de los trabajadores a los que representamos con nuestra ideología, creencias y principios socialistas.
En la actual situación de
CRISIS TOTAL, social, política y económica, intentan persistentemente y desde muchos frentes erosionar, destruir y arrasar con nuestros débiles instrumentos de representación democrática, (desde partidos políticos, sindicatos hasta la asociación de vecinos del barrio); y en la batalla disparan contra los representantes, contra los voluntarios y la munición es muy fácil y barata cuestionar su honradez con la duda de "por algo estará" o "algo se llevará". Es muy difícil poder ejercer la actividad sindical, la representación de los demás y la militancia social bajo esas trampas del sistema, y por tanto es digno de mención el sacrificio de tiempo y recursos que muchos de vosotros hacéis.
En el mar de las dudas eternas y contantes, si tengo una certeza el sindicalismo de clase, el que representamos UGT, seguimos siendo el más firme baluarte de la solidaridad económica, del reparto de las rentas. De la solidaridad social. De la lucha contra la marginación, la exclusión y la pobreza.
En este contexto de agresión, tenemos que tener muy claro que los sindicalistas de raza hacéis mucha falta, y no es necesario que que nos agotemos en regresar a la tribu, en debates emotivos y viscerales que no tienen ninguna eficacia, abandonar el guión del melodrama, de los heroicos personajes del romanticismo que se suicidaban en un mar de lagrimas y de líderes que en discursos de lagrimas y solemnes palabras se cortaban las venas.
Compañera o compañero lector, espero que nuestros líderes no opten nunca por el camino del suicidio metafórico o intentan reescribir aquellos versos del mio Cid que estudiábamos en el colegio. No es el momento de inmolarse para eso ya están nuestros contrarios, adversarios y enemigos (la banca, la merkel o los mercados) que no se les ve pero se les siente, y que poco a poco nos están ganando en esta guerra, la de la justicia social, la de los más débiles y de la universalidad y gratuidad en los grandes derechos de la humanidad.
Con humildad de un sindicalista de calle, a los compañeros y compañeras que bajo el cielo casi negro de la realidad y de la confusión de un mundo cambiante, han optado por nuevos caminos y escogen bajarse del barco, solo expresar mi sincero
reconocimiento a su labor sindical y trabajo de muchísimos años, mi
agradecimiento porque a su lado algo se me ha pegado y algo he aprendido y porque de su esfuerzo, sacrificio y trabajo muchos se han visto beneficiados.
Un consejo, que por no ser mío, puedo darle con confianza y gratuidad "
EL DÍA QUE NO SEPAS A DONDE VAS, RECUERDA DE DONDE VIENES".
Volveremos a encontrarnos o a reencontrarnos. Un abrazo sincero.