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miércoles, 29 de marzo de 2017

CONTAMINANTES EN LA OFICINA




EL INHST INFORMA SOBRE CONTAMINANTES QUÍMICOS EN EQUIPOS Y MATERIALES DE OFICINA

Fotocopiadoras, impresoras, ordenadores y sus periféricos nos acompañan diariamente y cada vez con mayor intensidad, especialmente en los ambientes de oficinas. Aliados indispensables para el trabajo, estos aparatos son, a la vez, fuentes potenciales de exposición a contaminantes químicos, que juegan un papel en el denominado Síndrome del Edificio Enfermo. El INSHT acaba de publicar una nota técnica para evitar o reducir este riesgo.

Equipos y materiales de oficina: contaminantes químicos
 Los edificios modernos de oficinas, que batallan entre la eficiencia energética y la deficiente calidad del aire por falta de ventilación natural, pueden ser especialmente propensos a padecer ambientes poco saludables, cuyas consecuencias se muestran en los llamados síntomas del Síndrome del Edificio Enfermo.
Cefaleas, fatiga, rinitis, náuseas y toda una extensa lista de molestias se asocian a la presencia de contaminantes biológicos y químicos en el interior de oficinas. Aunque vivimos rodeados de aparatos electrónicos, prácticamente en todas partes, aún más especialmente los hallamos en estos ambientes laborales. Y es importante conocer que aparatos como las fotocopiadoras o las impresoras, y algunos materiales de oficina, también contribuyen a la contaminación química del ambiente.
Los equipos de oficina pueden emitir principalmente compuestos orgánicos volátiles (COV), compuestos orgánicos semivolátiles (COSV), ozono y partículas de diversa naturaleza, que, aunque suelen emitirse a niveles relativamente bajos, podrían suponer un riesgo de exposición potencial, que dependerá principalmente del nivel de ventilación, de la frecuencia de uso de los equipos y de su proximidad a los mismos.
El INHST ha publicado una Nota Técnica de Prevención (NTP), que describe los principales riesgos asociados al empleo de equipos y materiales de oficina y las medidas preventivas que deben adoptarse para evitar o reducir la exposición a los contaminantes químicos que pueden emitir. 
Compuestos orgánicos volátiles (COV) en fotocopiadoras e impresoras
Los equipos de oficina contribuyen a la contaminación interior durante su funcionamiento como consecuencia del aumento de temperatura que se produce en su interior, siendo los COV los componentes mayoritarios de las emisiones procedentes de dichos equipos.
En el caso de las fotocopiadoras y de las impresoras láser, éstas muestran emisiones similares, que dependen fundamentalmente del modo de operación y de los materiales empleados. Entre los COV más frecuentes emitidos por estos equipos destacan: hidrocarburos aromáticos (benceno, etilbenceno, clorobenceno, tolueno, estireno, xilenos y otros derivados del benceno), hidrocarburos alifáticos (dodecano, hexadecano), hidrocarburos clorados (tricloroetileno, tetracloroetileno) y aldehídos, como el formaldehído.
Los COV emitidos suelen proceder principalmente de la descomposición de los componentes del tóner, cuando éste es sometido a elevadas temperaturas durante el proceso de impresión, y varían en función de su composición.
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En cuanto a las impresoras de inyección de tinta, la emisión de COV, procedentes principalmente de los solventes de la tinta, es considerablemente inferior a la de las fotocopiadoras y las impresoras láser. Este hecho puede ser debido a que la temperatura de funcionamiento es mayor en éstas últimas, ya que el tóner requiere temperaturas más elevadas para que tenga lugar la fusión, lo cual favorece y aumenta la volatilización de los compuestos. 
Las mayores emisiones son de tolueno, benceno, etilbenceno, benzaldehído, o-xileno, estireno, hexadecano y acetofenona.
En términos generales, la liberación de COV por los equipos de oficina puede generar molestias olfativas y está asociada a una serie de síntomas inespecíficos y típicos del Síndrome del Edificio Enfermo, tales como cefaleas, náuseas, malestar general e irritaciones dérmicas, oculares y del tracto respiratorio superior.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que, entre los compuestos emitidos por estos equipos, se incluyen sustancias consideradas peligrosas, como el benceno (carcinógeno de cat. 1A, mutágeno de cat. 1B), el formaldehído y el tricloroetileno (carcinógenos de cat. 1B, mutágenos de cat. 2), el tolueno y el estireno (tóxicos para la reproducción de categoría 2). 
COVs en material de oficina 
Por otra parte, algunos productos de uso común en oficinas contienen sustancias químicas consistentes fundamentalmente en solventes, que facilitan la extensión de los pigmentos y permiten acortar el tiempo de secado. Por ejemplo:
  • Los líquidos correctores: suelen contener óxido de titanio, resinas, alcoholes minerales, fragancias, dispersantes y solventes orgánicos como éter de petróleo (nafta), acetato de etilo, amoniaco y metilciclohexano.
  • Los rotuladores permanentes y rotuladores para pizarra blanca: la tinta de estos rotuladores suele contener resinas, colorantes y solventes orgánicos como etanol, butanol, xileno y 1-propanol (alcohol propílico).
  • El pegamento instantáneo: el componente principal es el adhesivo cianoacrilato, empleándose también solventes orgánicos.
Los solventes se evaporan durante su uso y su concentración en estos materiales suele ser muy pequeña, no comportando su utilización riesgos para la salud en condiciones normales. No obstante, la inhalación de solventes podría causar desde molestias olfativas hasta síntomas tales como irritación respiratoria, náuseas, cefaleas, mareos e intoxicaciones (en caso de inhalación excesiva).
Compuestos orgánicos semivolátiles
Con el fin de aumentar la resistencia a la ignición de los aparatos eléctricos y electrónicos, se revisten los cables, las placas de circuito impreso, los monitores y las carcasas de plástico con compuestos químicosretardantes de llama, principalmente halogenados (bromados o BFR) y organofosforados (OPFR).
Entre los bromados destacan los bifenilos polibromados o polibromobifenilos (PBB), los éteres difenilos polibromados o polibromodifeniléteres (PBDE) y los bisfenoles bromados, principalmente el tetrabromo bisfenol A (TBBPA). Entre los organofosforados se encuentran el fosfato de tris(2-cloroetilo) (TCEP), el fosfato de tris(cloropropilo) (TCPP), el fosfato de trifenilo (TPP), el fosfato de tributilo (TBP), el fosfato de tributoxietilo (TBEP) y el fosfato de tris(2-etilhexilo) (TEHP).
Cuando los equipos se calientan como consecuencia de su funcionamiento, estos compuestos se liberan en el entorno de trabajo inmediato en pequeñas cantidades y se evaporan hasta cierto grado, pudiendo encontrarse en el aire y en las partículas de polvo depositado.
Los retardantes de llama bromados se encuentran asociados a irritaciones de las vías respiratorias superiores, oculares y dérmicas. No obstante, es la exposición a largo plazo la que genera mayor preocupación, ya que algunos de ellos se acumulan y persisten en el ambiente, llegando a introducirse y a acumularse en la cadena alimenticia, habiéndose asociado a alteraciones endocrinas, reproductivas y comportamentales, así como a efectos carcinógenos, estando clasificados los PBB como carcinógenos del grupo 2A (probablemente carcinógeno para humanos) según la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC). 
De hecho, la Directiva 2011/65/ UE prohíbe la introducción en el mercado de los aparatos eléctricos y electrónicos que contengan, entre otros, polibromobifenilos y polibromodifeniléteres en cantidades superiores al 0.1% de concentración en peso de materiales homogéneos. Como consecuencia de esta prohibición, se ha incrementado el uso de los retardantes de llama organofosforados. Poco se sabe acerca de la exposición humana a estos últimos, debido a que no son fácilmente medibles en la sangre o en el suero. No obstante, el TCEP es considerado, según el Reglamento CLP, como carcinógeno de categoría 2 y tóxico para la reproducción de categoría 1B.
Medidas preventivas
El INSHT incluye en la Nota técnica una serie de medidas y recomendaciones para la prevención y reducción del riesgo:
  • Emplear productos y materiales de oficina con bajo contenido en COV y COSV.
  • Las impresoras y fotocopiadoras deberán ir provistas de filtros adecuados, que deberán ser reemplazados con la periodicidad necesaria, siguiendo las instrucciones del fabricante.
  • Garantizar una ventilación adecuada con aporte de aire exterior suficiente que evite que los niveles de contaminantes alcancen concentraciones que puedan resultar perjudiciales para la salud de los trabajadores que se encuentren en el entorno de los equipos o que manipulen materiales que puedan suponer un riesgo potencial.
  • Evaluar toda situación en la que los equipos de oficina generen suciedad en el ambiente, provoquen un aumento de la temperatura de la zona, o den lugar a la aparición de olores desagradables.
  • Ubicar las impresoras y las fotocopiadoras en lugares bien ventilados y alejados de los trabajadores, preferentemente cerca de los retornos del sistema de acondicionamiento de aire.
  • Cuando las fotocopiadoras e impresoras deban ser utilizadas de manera frecuente, ubicarlas en habitaciones separadas de la zona ocupada y dotadas de una ventilación adecuada, siendo preferible que se estén provistas de extracción localizada que descargue el aire directamente al exterior
  • No se recomienda su ubicación en habitaciones muy pequeñas.
  • Si la destructora de papel genera elevadas cantidades de polvo, ubicarla en una habitación separada con ventilación adecuada.
  • Siempre que sea posible, evitar permanecer cerca de los equipos cuando se encuentren en funcionamiento. Por ejemplo, permanecer a más de un metro de las impresoras puede reducir enormemente la exposición a las partículas ultrafinas generadas durante su funcionamiento.
  • Consultar la ficha de datos de seguridad (FDS) del tóner suministrada por el fabricante, la cual proporciona la información relativa a la seguridad y la salud necesaria para identificar y evaluar el riesgo de exposición, además de información relacionada con la manipulación y el almacenamiento apropiados.
  • La manipulación de los cartuchos de tóner debería ser llevada a cabo por personal cualificado. Cuando exista riesgo de contacto dérmico o de inhalación de polvo de tóner como consecuencia de su manipulación, deberán emplearse guantes desechables y mascarilla. No se debe soplar sobre el cartucho a fin de eliminar el polvo, ya que incrementa el riesgo de exposición.
  • Llevar a cabo una gestión adecuada de los residuos de oficina, especialmente en el caso de los cartuchos de tinta y de tóner, de conformidad con lo dispuesto en la ORDEN MAM/304/2002, de 8 de febrero, por la que se publican las operaciones de valorización y eliminación de residuos y la lista europea de residuos.
  • En relación con el uso de papel autocopiativo:
    - Llevar a cabo su manipulación en lugares bien ventilados y, si resulta necesario, emplear guantes.
    - Adoptar medidas adecuadas de higiene personal, prestando especial atención al lavado de manos cuando se utilice papel autocopiativo. Evitar llevarse las manos a la boca o a los ojos durante y después de su uso.
    - Realizar una alternancia de tareas con otras en las que no haya manipulación o ésta sea mínima.
  • Las fotocopiadoras xerográficas y las impresoras láser que no hayan sido utilizadas durante periodos prolongados de tiempo deberán de ser inspeccionadas a fin de determinar el estado del tambor fotoconductor. Si éste se encuentra dañado, no deberían ponerse en funcionamiento.
  • Los equipos deberán ser limpiados periódicamente con el fin de evitar la acumulación de residuos y de polvo.
  • Garantizar un mantenimiento periódico y adecuado de los equipos.
DESCARGATE AQUÍ NOTA TÉCNICA


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