Pablo Iglesias Posse: “El que dirige y acaudilla un partido está en la obligación sagrada, so pena de ser un mal hombre y mal ciudadano, de no abusar de la ingenuidad popular, de no envenenarla ni desviarla, de ser sincero con ella y decirle lo que de verdad se piensa, aunque sea un delito lo que se piense, y jamás ocultar la sinceridad del corazón que uno pone al servicio del bien público. La popularidad es suave y buena cuando brota de las acciones cumplidas por el hombre, según lo que honradamente cree de su deber. Es una recompensa que se da por añadidura.
La percepción de lo que es verdadero y justo se ha de anteponer a todo: lo mismo en el orden de la acción que en el aprecio de los méritos adquiridos. Pero posponer la obligación por conservar la popularidad, o valerse de ella en provecho de nuestra ambición, sería un fraude, un crimen que nosotros no cometeremos nunca”.
Bajo los nubarrones de una guerra más orgánica que ideológica; y desde una extrema neutralidad; nos ha permitido primero constatar que dentro de nuestra sección sindical tenemos un importante valor añadido que es la pluralidad y el respeto a las ideas del compañero, que tenemos preferencias o inclinaciones variadas pero valiosas y que nunca buscamos silenciar, acallar o perseguir sólo por el hecho de que piense en diferente y sea contrario a nuestro pensamiento elaborado desde la soberbia, del resentimiento o desde la soñada ambición en la que llevan años y años subidos.
Durante esta larguísima campaña, hemos optado por un escrupuloso silencio y respeto aunque privando de información a nuestros seguidores, y cerrando cualquier puerta al debate entre compañeros; y también nos hemos callado con aquellos otros que utilizaban nuestras Casas del Pueblo para sus actos de apoyo a un candidato, y con la eterna soberbia de quien se cree dueño de todo; miramos para otro lado ante aquellos que optaron por publicar fotos bajo nuestras iniciales, y prescindimos de defendernos ante los que aplican el embudo de la libertad de expresión en un sentido muy particular.
Desde el primer momento, hemos seguido el criterio del Secretario General Pep Álvarez de no vincularse explícitamente con ningún candidato; aunque nos hubiese gustado como hemos realizado en procesos electorales siendo objetivos y poder subir los contenidos de los programas políticos, las propuestas económicas o sociales que tanto nos pueden afectar, siendo un mero cauce de todos los candidatos y de todas las opciones para ser conocidos por nuestros compañeros.
Para finalizar, recordemos dos hechos claves, en los orígenes para ser afiliado del PSOE era necesario el requisito de la previa afiliación en nuestro sindicato; requisito que finalizó en el 32º Congreso del partido que eliminó de sus estatutos dicha obligación de militancia en la UGT.
Hoy, desde la esperanza y del optimismo de quien cree en lo que hace, EL FUTURO EMPIEZA HOY, (si nos dejamos). Este país y sus gentes nos necesitan, a los socialistas del sindicato y a los del partido también.
Hagamos bien las cosas...
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