¡¡... Y VUELVEN CON LAS ENTREVISTAS PARA LA SELECCIÓN DE PERSONAL!!
Recuerdo, en los tiempos que solo era un aspirante por entrar en la administración, las corruptelas que determinados políticos sin escrúpulos realizaban con sus fieles como forma de pago a su fidelidad y la consecuencia es que hijos e hijas más inútiles que eficaces entraban en el gran cortijo de lo público.
Las trampas y trucos eran variados desde bases tan dirigidas que sólo faltaba poner el nombre del candidato deseado como entrevistas donde todos desconocían en que podían fallar, o en que se disgustaba al político de turno.
Desde la representación sindical luchamos mucho por romper con los hábitos corruptos, que eran origen y fin de una administración poco profesional y comprometida.
En estos días, compruebo con cierta pena como una administración próxima, se permite convocar plazas de conserje mediante una simple entrevista y un simple concurso de méritos donde sólo puntúa únicamente haber trabajado en dicho puesto de trabajo. Lamento que no se haya alzado ninguna voz sindical criticando semejante aberración y falta de rigor y profesionalidad de quienes estén llamados a ejecutar el proceso de selección.
Me sigo solidarizando con los compañeros y compañeras que a diario tienen que trabajar en semejante cortijo, obligados a disimular y a guardar silencio ante tanto desmán cometido y que indudablemente seguirán cometiendo.
Ejemplo en el siguiente enlace: subalterno
Ejemplo en el siguiente enlace: subalterno
Por no perder el humor, transcribo una anécdota de Santiago Ramón Cajal que ilustra actitudes de una administración arcaica pero no desaparecida del todo.
Sucedió que encontrándose formando parte el ilustre científico, de un Tribunal de Oposiciones, había un aspirante en el que el Presidente del Tribunal parecía tener especial interés y empeño en aprobarlo, pero no contestaba a ninguna de las preguntas que le hacían los miembros del Tribunal. Como el Presidente del mismo, se inclinara hacia Cajal que guardaba silencio, y le dijera que si quería hacerle alguna pregunta, nuestro premio Nobel le espetó al aspirante:
"¿Como están de salud sus señores padres?"
Destacable también como elude hábilmente Marcelino Menéndez Pelayo, una petición de "Carta de recomendación" de José Taronjí:
Madrid, 6 noviembre 1889
Mi estimado amigo: Mis ocupaciones son tantas que sin darme cuenta de ello, he ido retrasando más de un mes la contestación a su grata de 30 de Septiembre.
Grande ha sido mi disgusto no pudiéndole servir en la pretensión que me indicaba, pero Vd. comprenderá que mis relaciones con el Sr. Canalejas tienen que ser muy poco íntimas y afectuosas, por la circunstancia de haber sido compañeros de oposiciones y de haber quedado muy ofendido conmigo dicho Sr. Canalejas por no haber obtenido la cátedra, hasta el punto de pasar años enteros sin saludarme.
Ahora ya lo hace, pero ni tengo confianza para solicitar de él cosa alguna, ni creo que mi recomendación favorecería a Vd. en nada. Por éso, después de pensarlo maduramente, desistí de hacerlo, y crea Vd. que con verdadera pena, porque reconozco las altas cualidades y los singulares merecimientos que abonan a Vd. para el puesto que solicita.De Vd. siempre afmo. am. o y s.s.q.s.m.b.M. Menéndez y Pelayo.
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