reflexiones de un aprendiz
La
presente entrada pretende ser primero homenaje a una compañera que siempre me
sorprende y sobre todo porque consigue lo más díficil dar coherencia ideológica
a todas las facetas de su vida privada y profesional y para conseguirlo
demuestra que es inteligente, valiente, y generosa en sus actos; indirectamente nos recuerda a todos hacia donde deberíamos ir y lo cierto es
que vivimos en un mundo donde se valora más la estética de los youtubers que la
ética del profesional.
En
el mundo sindical al igual que en el político si veo una cierta bruma de
estupidez e incompetencia de algunos y algunas que parecen querer
contagiarlo todo y una cierta falta de compromiso y militancia, donde se está
por estar y sin pretensiones ni ilusiones; y es por esto que hoy reivindicamos
una "ÉTICA" del representante sindical frente a los interesados y a
los mediocres, de un sindicato comprometido y valiente frente a vagos, cobardes
y arrastrados.
Centrandonos en la cuestión de la ética, señalar que igual que predicamos la necesidad de un código deontológico de todos los proesionales, nuestra acción sindical y nuestra actuación como representante requiere que contemos con unas normas, con un código de actuación y que en el día a día tenga,mos presente para que somos y estamos que se reduce a defender y promocionar los itnereses sociales, proefesionales, económicos de nuestros compañeros, de nuestros afiliados y de nuestra organización, de decir somos la primera línea en la defensa de los derechos de los trabajadores y trabajadoras.
HECHO CIERTO: En una ocasión, mi compañero "cabezón" se río porque era todo palabrería y hablar de ética sindical o que el sindicato y los compañeros deben exigirnos como si fuesemos profesionales con la responsabilidad y buena actuación que requiere frente a esa voluntariedad que aparenta eximir de dicha exigencia.
No basta con enunciados teóricos y ambiciosos, además es necesario traducirlo al mundo de lo práctico. Cuando los compañeros me desiganron y confiaron en mí, el primer principio que me fije como mandato en mi acción es el no hacer daño a nadie " primun nil nocere"; al principio todo parecía más fácil, todos eran buenos pero la realidad, la ética y la profesionalidad te van exigiendo más y consecuentemente en ese camino de perfeccionamiento te vas encontrando que en ocasiones basta con buscar el mal menor... no obstante, cuando tengo que optar por el mal menor y siempre hay un dañado frente a diez o a cien no duermo tranquilo esa noche y se queda como una pequeña muesca en que en algo hemos fallado aunque evitarlo era imposible.
1ª premisa: Nos debemos a los intereses generales de todos los trabajadores y no de los particulares (propios o de otros). Por tanto debemos en nuestra actuación tener un TRATO IGUALITARIO a nuestros afiliados, a nuestros compañeros y no caer en las distinciones o favoritismos.
HECHO CIERTO: Mi compañero "cabezón" se caracterizaba en sus tiempos por el oscurantismo, por la falta de información a sus compañeros y por la falta de participación y todo en base a un argumento lo contrario al final podía poner en peligro "su" silla del jefe, así que la receta era la del champión oscuridad y mierda
Algunos como no nos debemos a las sillas tuvimos la libertad y la osadía de buscar justo lo contrario TRANSPARENCIA, para ello en cualquier estructura el sindicato debe ser
participativo o carecerá de ética. Siempre he creído que en el sindicato especialmente teníamos que acabar con ese "despotismo ilustrado" donde las decisiones vienen de arriba hacia abajo y sin contar con el pueblo (todo para el pueblo pero sin el pueblo); y los argumentos que daban era la teoría de siempre, por su bien, porque no participaban y había poca asistencia, porque la gente prefería no saber y no implicarse.
2ª premisa: Si queremos un sindicato con futuro, nos debemos basar en un modelo participativo, debe ser un mandato de nuestros estatutos si bien las nuevas tecnologías ya nos permiten basarnos en la tradicional ASAMBLEA o en los nuevos cauces de redes y medios electrónicos. Por tanto, dentro de esa ética sindical debemos buscar la máxima participación, ser transparentes y facilitar por el medio que sea preciso toda la información necesaria. Debemos poner punto y final a "esos encuentros de despacho palaciego" evitar pactos secretos y el individualismo en las negociaciones TRANSPARENCIA.
HECHO CIERTO: El dinero corrompe y a mi amigo cabezón le gustaba lo justito pero con muchos justitos... más que regusto por el dinero era con los juguetes de los adultos, las comidas en restaurantes de servilleta y mantel de tela, vinos con tantos años como pelos tenía en la cabeza y de copas en reservados o montar en coches caros, al final eso y el dinero que lo facilita lo corrompe todo, te confunde sobre quién eres y a dónde vas.
HECHO CIERTO: Cuando asomé la cabeza en el mundo sindical, me encontré que todo estaba sin precisar aunque con una antiguedad de cien años todo era conocido sin embargo el único criterio cierto es que si te equivocabas rodaría la cabeza... y con esa exactitud fuimos creando las prioridades y criterios de actuación, si bien respetando la ética de todos los principios anteriores, así como objetivos compartidos por los compañeros y sus reivindicaciones. Por citar al compañero cabezón su mayor prioridad era justo lo contrario de lo que planteo a continuación, contra el poderoso pacto y contra el débil sobreactuación de medios e instrumentos.
4ª premisa: El sindicato solo se debe a los intereses de los trabajadores y está obligado a actuar con proporcionalidad al tipo de conflicto que tiene y entendiendo que estamos para estar cien años y otros doscientos más, o que debemos vencer o perder en cien o en mil batallas pero que jamás nos debemos exponer a la extinción... está proporcionalidad debe iniciarse con el DIÁLOGO y la NEGOCIACIÓN y cuando falle que se vaya desplegando un abánico de opciones, instrumentos y medios para alcanzar nuestro objetivo.
La actuación debe ser justificada y jerarquizada en función de la gravedad de la agresión o de la reivindicación, y siempre con sujección estricta a los principios de actuación de nuestro sindicato alejándonos de comentarios y opiniones particulares sino buscando siempre el consenso y la ratificación en la asamblea de todos los afiliados.
Estimados compañeros y compañeras, hoy el texto es muy particular, no pretendo generar doctrina ni ser ejemplo de nada y ante nadie, pero también estoy orgulloso de donde he llegado y solo es un paso más a donde espero llegar, admitiendo como compañeros y compañeras de viaje a quien puede compartir el mismo. El personaje de "cabezón Martínez" es irreal simplemente es una mera ficción literaria pero es un peligro permanente y real en cualquier organización y en las sindicales más todavía.