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viernes, 27 de septiembre de 2019

SIEMPRE DAVID, ¡ SIEMPRE!


DAVID...

... Para ser líder no es imprescindible ser el número uno  ni el mejor en exclusiva, pero nos enseñaste a convivir con la envidia corrosiva de algunos,  a perdonar las limitaciones de otros, a sonreír ante la soberbia del despropósito, e incluso a trabajar por encima de las maldades de  los cercanos. 

Nos enseñaste siempre a sonreír y sobre todo a preguntar y a preguntar, a entablar diálogos sinceros entre personas sin importar bandos, simplemente mirando a las personas... 

Por eso, un año después puedo asegurar que siempre vivirás en nosotros y entre nosotros y este recuerdo siempre presente es el que te hará eterno. 

Batallaste en duelos que sin ser tuyos eran de todos, en ocasiones con triunfo y en otras con naufragios de los que aprendiste y nunca te llevo a perder la sonrisa. 

Viviste la vida con pasión, con amor, con entrega, y eso es suficiente para poder presumir de haberte conocido; no hay nada más triste que morir sin haber vivido. - ¡Siempre!



Finalizo con el siguiente poema:
RECUERDAME
Puedes llorar porque se ha ido, o puedes
sonreír porque ha vivido.

Puedes cerrar los ojos
y rezar para que vuelva o puedes abrirlos y ver todo lo que ha dejado;

tu corazón puede estar vacío
porque no lo puedes ver,
o puede estar lleno del amor
que compartisteis.

Puedes llorar, cerrar tu mente, sentir el
vacío y dar la espalda,
o puedes hacer lo que a él le gustaría:
Sonreír, abrir los ojos, amar y seguir.

DAVID HARKINS

Ironías de esta vida: Esta poesía suele aparecer en la red como anónima, y titulada como "poema escocés para despedir a un ser querido". Pero ni es escocesa, ni es anónima. La lectura del poema por parte de la reina Isabel hizo que muchos diarios británicos se preguntaran por su autoría y, meses después, apareció el autor: David Harkins, un poeta amateur del condado de Cumbria, al norte de Inglaterra.







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