DAVID...
... Para ser líder no
es imprescindible ser el número uno ni el mejor en exclusiva, pero nos
enseñaste a convivir con la envidia corrosiva de algunos, a perdonar las
limitaciones de otros, a sonreír ante la soberbia del despropósito, e incluso a
trabajar por encima de las maldades de los cercanos.
Nos enseñaste siempre
a sonreír y sobre todo a preguntar y a preguntar, a entablar diálogos sinceros
entre personas sin importar bandos, simplemente mirando a las personas...
Por eso, un año
después puedo asegurar que siempre vivirás en nosotros y entre nosotros y este
recuerdo siempre presente es el que te hará eterno.
Batallaste en duelos
que sin ser tuyos eran de todos, en ocasiones con triunfo y en otras con
naufragios de los que aprendiste y nunca te llevo a perder la sonrisa.
Viviste la vida con
pasión, con amor, con entrega, y eso es suficiente para poder presumir de
haberte conocido; no hay nada más triste que morir sin haber vivido. - ¡Siempre!
Finalizo con el
siguiente poema:
RECUERDAME
Puedes llorar porque se ha ido, o puedes
sonreír porque ha vivido.
Puedes cerrar los ojos
y rezar para que vuelva o puedes abrirlos y ver todo
lo que ha dejado;
tu corazón puede estar vacío
porque no lo puedes ver,
o puede estar lleno del amor
que compartisteis.
Puedes llorar, cerrar tu mente, sentir
el
vacío y dar la espalda,
o puedes hacer lo que a él le gustaría:
Sonreír, abrir los ojos, amar y seguir.
DAVID HARKINS
Ironías de esta vida: Esta poesía suele
aparecer en la red como anónima, y titulada como "poema escocés para despedir a un ser querido". Pero ni es
escocesa, ni es anónima. La lectura del poema por parte de la reina Isabel hizo
que muchos diarios británicos se preguntaran por su autoría y, meses después,
apareció el autor: David Harkins, un poeta amateur del condado de Cumbria, al
norte de Inglaterra.
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